Hoy, en nuestra vuelta al mundo por sus fiestas y tradiciones, viajamos hasta México, concretamente a la Feria de la nieve en Tulyehualco.
Esta feria recibe su nombre gracias a Fray Martín de Valencia, que la nombró así en 1529, después de quedarse asombrado al descubrir esta costumbre del Imperio Azteca.
Origen de la Feria de la nieve
Los corredores mexicas, mensajeros del Imperio Azteca, viajaban hasta los volcanes de Popocatépetl e Iztaccíhuatl para conseguir hielo cuando se acercaba el calor. Los dos volcanes están fuertemente ligados a la cultura azteca.
Este hielo lo protegían del calor con telas. Una vez llegaban a lo que hoy es Santiago Tulyehualco, se picaba y mezclaba con mieles naturales como la de tuna, maguey, avipa o maíz. Luego lo metían en vasijas para su comercialización en el mercado de Tlatelolco.
Esta nieve que se formaba al picar el hielo se vendía a precios excesivamente altos para la época, y era consumida por sacerdotes y grandes señores.
En 1529 llamó la atención de los conquistadores españoles que llegaban a la zona. Fray Martín de Valencia incluso bautizó a la venta que se realizaba como Feria de la Nieve, después de quedar asombrado con la forma que tenían los mexicas de realizar los helados.
Feria de la nieve en Tulyehualco actualmente
Desde su popularización como feria en 1885, se ha seguido haciendo hasta día de hoy.
La Feria de la nieve, actualmente, se sigue realizando en Santiago de Tulyhuealco. Los helados se siguen haciendo de hielo picado, totalmente artesanal, con técnicas parecidas a las coloniales.
Puedes encontrar desde los sabores más tradicionales como limón, chocolate o fresa, o los más extraños, fruto de pruebas de los artesanos de la nieve, como pétalos de rosa, camarón, ostión, pulpo, tequila o incluso de víbora de cascabel.
¿Habéis probado alguno de estos helados?
En Japón econtramos un postre parecido, llamado kakigōri. Este consiste en hielo picado en forma de nieve que se mezcla con siropes de diferentes sabores como te verde o fresa.